-¡Felicidades fea!
-Gracias. Jaja, ¿tanto entusiasmo?
-No lo se, es tu cumpleaños, es un día importante.
-Y más si me felicitas tú.
-... ¿Por qué no lo haría antes?
-¿Antes?¿Tú recuerdas lo que pasó ayer?¿Recuerdas hace un mes?¿Hace un año? Yo no recuerdo nada, al menos no desde septiembre del otoño del 2009. Ahí fue cuando nos perdimos y creí encontrarte, extravié la felicidad al desaparecer de nuevo.
Y nunca más nos reconoceremos, pues esta conversación nunca ha existido.